Tras reflexionar sobre las fortalezas y debilidades de mi Centro...
Y tras debatir con mis compañeros, me doy cuenta de que la mayor fortaleza que compartimos en nuestros Centros es la implicación y predisposición del profesorado por cambiar la situación actual de convivencia.
Respecto al modelo de gestión de la convivencia, en la mayoría de nuestros Centros existe un modelo disciplinar y en algunos mediador, pero hay mucho que cambiar para llegar al modelo dialógico. En mi Centro, poco a poco, se va intentado que los alumnos vayan adquiriendo mayor capacidad para intervenir y opinar en la búsqueda de una solución consensuada que ayude a la prevención y resolución de conflictos, superando las posiciones de poder y abriendo camino hacia unas relaciones más igualitarias. Sin embargo, quizás éste se el punto más difícil de alcanzar en su totalidad, debido a que concienciar a los alumnos a que adopten este papel con responsabilidad, está siendo una gran barrera, que podremos intentar solventar tratando el tema en las horas de tutoría.
En cuanto a la participación familiar, en la mayoría de Centros es informativa. A través del Consejo Escolar se intenta que esta participación sea mayor, siendo en algunos casos, consultiva. Flexibilizar horarios hasta el punto que la participación sea decisiva, evaluativa y educativa, es una barrera a superar, pues si se quiere hacer bien, conlleva muchas horas de reunión y consenso.
Finalmente, respecto al aprendizaje y convivencia, en mi Centro se realizan algunos agrupamientos homogéneos (Streaming).
Así, en Lengua y Matemáticas se realizan grupos flexibles. Esta medida siempre se ha adoptado pensando en el beneficio de los alumnos con menor rendimiento académico, ya que son grupos con un menor número de alumnos que en el resto de grupos,lo cual permite al profesorado atenderlos de forma más personalizada, detectar sus deficiencias y solventarlas, de modo que se retornen a su grupo de referencia lo más rápidamente posible.
Sin embargo, esta medida podría ser sustituida por desdobles en grupos heterogéneos más reducidos, sin hacer una selección por niveles de aprendizaje.
Otra medida que se adopta actualmente es la realización de adaptaciones curriculares, reduciendo el nivel de dificultad de los contenidos. La cual podría ser sustituida por una adaptación de los métodos de enseñanza para facilitar al alumno el aprendizaje.
Además, este Curso se ha llevado a cabo una Optatividad exclusora. Así, a los alumnos con un mayor rendimiento se les ha animado encarecidamente a que cursen la optativa de Francés, y a los alumnos con menor rendimiento, otras optativas como Robótica, lo cual desemboca en desigualdad de oportunidades académicas y sociales en el futuro.
Esta medida se podría fácilmente cambiar, informando a los alumnos respecto de los contenidos de cada optativa y que sean ellos, los que libremente elijan según sus intereses, sin estar influenciados sobre cuál sería la más recomendable en cada caso.
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